jueves, 25 de septiembre de 2014

Víctor Serge, un desconocido que la izquierda necesita



Partido Obrero Socialista. México
publicado en El Barrio Antiguo
Por Ramón I. Centeno
septiembre 21, 2014
He esperado, sin éxito, algún pretexto para escribir sobre Víctor Serge. Al final, he optado por hacerlo sin alguna razón especial de por medio. Hace unos meses me crucé con partes que desconocía de su pensamiento y, desde entonces, pienso muy seguido en su obra. Antes de eso sólo había leído, hace muchos años, un libro suyo que creo que todo activista serio haría bien en leer: “Lo que todo revolucionario debe saber sobre la represión”.

Serge nació en Bruselas en 1890, hijo de exiliados rusos anti-zaristas. A los 19 se mudó a París a continuar la militancia anarquista que había iniciado cuatro años antes. Pero el giro que marcó el resto de su vida vino con la primera guerra mundial cuando, luego de mil peripecias, logró llegar a Rusia en enero de 1919 para unirse a la revolución. La vida de Serge en la naciente Unión Soviética la relató él mismo en su autobiografía “Memorias de un revolucionario”. Inmediatamente se unió a los bolcheviques. Más tarde, luego de la muerte de Lenin, se unió a la oposición dirigida por Trotsky en contra del curso totalitario de Stalin.

Como es sabido, Trotsky fue derrotado y enviado desde 1928 a un exilio que finalmente lo llevó a México en 1936. Serge permaneció en la URSS hasta que la policía secreta lo envió a una ciudad-prisión en 1933-1936. A pesar de todo, él tuvo una suerte que otros de sus camaradas no tuvieron: amigos en París hicieron campaña por él y lograron su libertad y temporal exilio en Bélgica y luego Francia. Al final, Serge terminó también refugiado en México en 1940, meses después del asesinato de Trotsky a manos de un agente de Stalin.

Serge afirmó ser el primero en caracterizar a la Unión Soviética bajo Stalin como un “totalitarismo”. (Un concepto que puede definir a los “socialismos” que nacieron después, desde el Caribe hasta Asia.) En una carta de 1933 que escribió a sus amigos en París, describió a la URSS como “un Estado totalitario, de castas, absoluto, embriagado de poder, para el que el ser humano no cuenta”. Sin embargo, fue hasta su exilio en México cuando pudo elaborar más su preocupación “democrática y libertaria” sobre el asunto:

<<"Si el socialismo no mantiene vigorosamente su fisionomía democrática y libertaria (en el sentido etimológico y no anarquista de la palabra) será destruido y hecho añicos. Su peor y más destructivo enemigo en el momento actual es el totalitarismo de la Rusia post-revolucionaria, el bolchevismo transformado en un totalitarismo absoluto de tipo análogo a los totalitarismos reaccionarios [fascistas]>>".

Si el estalinismo era para Serge el peor enemigo del socialismo, ¿cuál sería su mejor amigo?

Sus únicos aliados naturales están dentro de las masas democráticas de esos países donde la burguesía democrática sobrevive con tradiciones que provienen de antes del capitalismo a gran escala: Inglaterra y Estados Unidos.

Una lectura simplona acusaría a Serge de racista por insinuar que la victoria socialista sólo podía ser anglosajona. Falso. En realidad, Serge estaba reiterando que el proyecto socialista depende, para su realización, de una cultura democrática arraigada en las masas, la cual él detectaba solo en Inglaterra y Estados Unidos en ese tiempo. La propia revolución rusa había sido posible porque las masas habían logrado generar consejos de representación democrática (los “soviets”), los cuales decidieron en octubre de 1917 tomar la dirección del país. La victoria estalinista fue, desde esta óptica, una contrarrevolución contra esta democracia.

En su breve exilio francés, Serge también tuvo oportunidad de atestiguar algunos vicios de la naciente Cuarta Internacional (CI) animada por Trotsky, pero organizada por otros. Al asistir a una conferencia de la CI en Ámsterdam, en 1937, la decepción de Serge fue brutal y dio lugar al desencuentro con Trotsky que irremediablemente empañó la relación entre ellos.

<<"Volví de Ámsterdam devastado, con la impresión de estar frente a un movimiento sectario, guiado por maniobras desde las alturas, que sufre todas las depravaciones mentales contra las que habíamos peleado en Rusia: autoritarismo, fraccionalismo, intrigas, maniobras, estrechez de espíritu, intolerancia. […] El enorme y grandioso movimiento por el que habíamos dado tantas vidas en Rusia, había degenerado así mismo, en impotencia y sectarismo.">>

A pesar de esa desilusión, Serge no abandonó su lucha política: “Seguí traduciendo los libros del Viejo […] y defendiéndolo”.ii Serge fue uno de los pocos sobrevivientes de una épica generación de revolucionarios que fue exterminada. Al mismo tiempo, en esos días oscuros, logró capturar y comunicar el espíritu democrático que debía recobrar el movimiento socialista para renacer. Por ello, Serge tiene una relevancia clave en la actualidad.

i Esta y las citas siguientes fueron tomadas de: Serge, Víctor. 2006. “Excerpts from the “Notebooks” by Victor Serge 1938-44.” Marxists Internet Archive consultado el 17/sep/2014. http://goo.gl/NOkvFP.

ii “El Viejo”: en ese tiempo así era como llamaban cariñosamente a Trotsky sus camaradas. - See more at: http://www.elbarrioantiguo.com/victor-serge-un-desconocido-que-la-izquierda-necesita/#sthash.AIKWlvpn.7OaWfkoP.dpuf

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Mèxico. Los presos de Peña Nieto



Partido Obrero Socialista Mèxico
Por Por Camilo Ruiz
septiembre 19, 2014 
Hace unos días, Nestora Salgado cumplió un año en la cárcel. Mireles lleva ya más de dos meses de confinamiento, junto con algunos cientos de autodefensas michoacanos. La represión se extiende a otros sectores: a las comunidades que luchan contra los megaproyectos, al movimiento estudiantil de la capital, a las comunidades zapatistas, etc. En pocas palabras, el país vive una situación de represión a los movimientos sociales como no se veía desde hace tiempo.

Ante esto, el amplio espectro que compone a la izquierda mexicana se ha visto, en la enorme mayoría de los casos, incapaz de responder consecuentemente al desafío represor impuesto por el gobierno federal. Esto se debe, en esencia, a dos factores.

Por un lado, y como anillo al dedo para desmentir a aquéllos que creían que el retorno del PRI implicaría por sí mismo un regreso a la dictadura priísta en su época de oro, buena parte de la represión ha sido llevada a cabo por el PRD. Hay una verdadera división del trabajo entre los órganos del gobierno: El PRI pone la estrategia, el PRD pone a los policías. Esto provoca, en el corto plazo, que ciertos de sus legisladores, o una parte de su base, se molesten, le den la espalda a la dirección nacional y busquen llevar a cabo iniciativas más en sintonía con el “espíritu verdadero” del sol azteca. De mantenerse esta tendencia, lo que provocará en el mediano o largo plazo es la pérdida de su identidad política propia.

Podemos parafrasear la célebre frase de Voltaire acerca del sacro imperio romano y decir que el PRD ya no es ni democrático, ni revolucionario, ni tampoco un partido: es un aglomerado de clientelas (por consecuencia, estructuralmente incapaz de ser democrático) en una búsqueda desesperada del poder y de las prebendas que vienen con él.

Es fácil darse cuenta de que cualquier iniciativa contestataria que venga del interior del PRD sin romper con él está condenada a ser eso: una contestación discursiva para cubrir un acomodamiento más fructífero.

Lo interesante es que la ofensiva represora del PRI ha sido recibida con una apatía apabullante por parte de sectores que uno esperaría serían más afines. No hablamos de López Obrador, de quien sería utópico esperar cualquier solidaridad y que incluso ha regañado a las autodefensas por hacer cosas que le corresponden al estado (en ese tenor, no es casualidad que Fernández Noroña, quien hace unos días le escribió una carta abierta que señalaba varias críticas por porte de la izquierda a AMLO, no haga mención alguna de los presos políticos: el amplio espectro de la izquierda pejista-perredista es completamente indiferente al encarcelamiento de alrededor de 400 personas).

Nos referimos esencialmente al neo-zapatismo. El EZLN no sólo no buscó acaudillar un movimiento campesino con el que tenía clarísimas afinidades, sino que no ha levantado la voz ahora que éste ha sido reprimido. La causa de lo anterior es que Marcos y compañía parecen definir al movimiento de autodefensas como un sector del narco que buscó movilizar a los campesinos como parte de la lucha intestina. Las consecuencias de tal análisis son transparentes: no es lo mismo un preso político, por quien por principio hay que pedir la liberación, incluso si uno no está de acuerdo con su conducción política, que un narcotraficante opuesto al gobierno.

Así el neo-zapatismo se disocia de movimientos campesinos a los que sólo él podría, en la actual situación política, proporcionarles una dirección política y empujarlos a la izquierda. Es un desplazamiento analítico errado que lleva a consecuencias políticas profundamente sectarias, ante todo porque el propio EZ ha sido víctima del recrudecimiento de la represión. A su dirección le han dejado de interesar esas demandas sociales que no se enuncian en un discurso estrictamente identitario y autonomista. El EZ se erige así, paradójicamente, en recipiendario del discurso del gobierno federal (transmitido a su vez por el perredismo) que define a los movimientos armados como “paramilitares” y los vincula al narcotráfico.

Este grave pecado por omisión no puede sino debilitar al zapatismo mismo, y luego a todos los movimientos rurales a lo largo y ancho del país que luchan contra el gobierno.

La situación no es sencilla, y el desequilibrio de fuerzas puede parecer demasiado grande como para desembocar en una salida favorable. Durante las últimas semanas, sin embargo, ha habido un proceso aún incipiente pero importantísimo de creación de redes de solidaridad (el Comité Nestora Libre) a lo largo del país (y en Estados Unidos, aprovechando los lazos que unen a las comunidades campesinas mexicanas con el vecino del norte), en donde han confluido los distintos movimientos que sufren la represión.

La conformación de una red nacional o comité contra la represión parece un camino largo y tortuoso, pero es también el único que puede juntar en el nivel nacional las fuerzas otrora dispersas de una serie de movimientos locales. Es lo único que, al visibilizarlos, puede elevar el costo político de mantener a los presos en las cárceles. Pero esto requiere del esfuerzo organizativo de todos aquellos sectores e individuos que, tocados o no directamente por la represión, extiendan su solidaridad para con aquéllos que han perdido la libertad.

leer màs:
http://pos.org.mx/?p=8955

jueves, 4 de septiembre de 2014

Argentina. ¡No al pedido de desafuero de los ferroviarios combativos!


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El Socialista en la Red #75
Organo Digital del Partido Obrero Socialista-- México
septiembre 4, 2014

¡No a la criminalización de la protesta!

 En Argentina, luego de la exitosa huelga general del 28 de agosto, el ministro de Transporte e Interior, Florencio Randazzo, presentó una denuncia penal y pidió el desafuero sindical (quitarle sus cargos legalmente) contra varios delegados ferroviarios del ramal Sarmiento.. Su intención es descabezar al Cuerpo de Delegados y el sindicato, encabezado por Rubén “Pollo” Sobrero, que lucha y defiende los derechos de los trabajadores y viene enfrentando las mentiras de la famosa “revolución ferroviaria” del gobierno.

Sin pruebas, se acusa a los delegados Mónica Schlottauer, Edgardo Reynoso, Luis Clutet y Rubén Maldonado, y al compañero Julio Capelinsky -del sector limpieza-, por un supuesto “atentado” contra los trenes. Nada más falso. El supuesto “atentado” consistiría en residuos de basura en un vagón, según fotos mostradas por el gobierno. Una tremenda ridiculez.

Es una acusación falsa con el objetivo de intimidar a los que luchan y a dirigentes que no se venden, intentando tapar que hubo un gran paro nacional.

Esta falsa acusación es parte de una política del gobierno nacional de criminalizar la protesta, como ocurre en otros países. De esa forma el gobierno, por ejemplo, avaló la condena a cadena perpetua de trabajadores petroleros de la localidad de Las Heras. La existe una campaña internacional por la absolución de los petroleros de Las Heras. En el país existen cerca de 6 mil luchadores procesados por diversas protestas. Hace un tiempo atrás el gobierno acusó al dirigente ferroviario “Pollo” Sobrero de quemar trenes con una causa judicial falsamente armada. Tuvieron que retroceder y sobreseerlo porque no había ninguna prueba. Ahora vuelven a hacer lo mismo.

Repudiamos esta actitud anti sindical del gobierno de Argentina contra delegados  y dirigentes sindicales que luchan y no responden a sus dictados.

Está en curso una campaña internacional en defensa de los ferroviarios. Llamamos a la más amplia unidad y solidaridad de sindicatos, organizaciones estudiantiles, vecinales, de derechos humanos, personalidades, legisladores y partidos políticos.

¡No a la criminalización de la protesta! ¡No al desafuero de los delegados ferroviarios combativos de Argentina!

Enviar pronunciamientos por mail

Nos pronunciamos contra el pedido de desafuero a los delegados Mónica Schlottauer, Edgardo Reynoso, Luis Clutet y Rubén Maldonado, y al compañero Julio Capelinsky -del sector limpieza- del ramal Sarmiento del Ferrocarril porque consideramos que es una forma de criminalización de la protesta,

Nombre y apellido       ciudad y país   organización   cargo (sindical u otro)

mail a monicaireinoso@gmail.com

leer más:
http://pos.org.mx/?p=8865

martes, 2 de septiembre de 2014

México. #FreeNestora: “¿Que nos mataran? Pues no.”



Partido Obrero Socialista-México
Publicado originalmente en El Barrio Antiguo
Por Ramón I. Centeno
31 de Agosto 2014
Sobran las historias de violencia por la guerra contra el narco activada en 2006 por Felipe Calderón y hoy continuada por Peña Nieto. Pero hace poco se supo del que es posiblemente el peor episodio de todos los habidos hasta ahora. La masacre de más de 300 personas en Allende, Coahuila, expuesta hace poco luego de una paciente labor investigativa por Diego Osorno. ¿300? 300, sí. La cifra es escalofriante. ¿Son imaginables, en verdad, las escenas de ese operativo genocida de Los Zetas en la limpia de una población entera?

En medio de esta barbarie, creo no ser el único que habría deseado que las víctimas de esta guerra fallida hubieran tenido, por lo menos, la oportunidad de defenderse. En vez de ofrecer la otra mejilla, más de una víctima habría estado dispuesta a resistir su ejecución. De hecho, esta segunda ruta es la que eligieron las comunidades en Michoacán y Guerrero que optaron por armarse contra los narcos ante la omisión (o abierta complicidad) del Estado.

Así lo expuso Nestora Salgado, comandante de la policía comunitaria de Olinalá, Guerrero:

Como nosotros estábamos hartos de que esas autoridades no hacían nada [contra el crimen], tuvimos que hacerlo por necesidad [formar la policía comunitaria]. Por el miedo y por la necesidad de proteger a nuestra gente y protegernos nosotros mismos. Porque si nadie lo hacía alguien lo tenía que hacer. ¿Entonces qué íbamos a esperar? ¿Que nos mataran? Pues no. Por eso el pueblo se levantó en armas.

José Manuel Mireles, líder de las autodefensas michoacanas, fue más crudo:

Lo que hicimos fue ponernos de acuerdo y elegir la forma en que queremos morir. Todos coincidimos en una sola: morir luchando, no como animalitos en un rastro, no como borregos atados de pies y manos. Hay familias enteras que no merecían lo que estos desgraciados hicieron.

Como muestra de la corrupción estatal, está el video de “La Tuta” reuniéndose con el hijo del ex gobernador de Michoacán filmado en el tiempo en que su padre juraba enfrentar a ese cártel. Hoy Nestora y Mireles están en prisión. Sin embargo, ellos “sólo” son las dos cabezas más visibles entre cientos de presos políticos en las cárceles de México. La Jornada ha registrado 319 autodefensas michoacanos presos. ¿Cuántos habrá en total a nivel nacional?

Por un lado, es alentadora la voluntad de oponer resistencia a la barbarie que han mostrado estas franjas de la población. Por el otro, desanima la escasa solidaridad que han recibido estos esfuerzos, comenzando por la libertad de sus presos. Arriesgando ideas, tal vez parte de la explicación proviene de un catolicismo que eleva el rol de víctima a una categoría divina (Jesucristo fue ejecutado y eso es presentado como maravilloso). Los presos comunitarios se negaron a ser víctimas y se pusieron de pie… y eso confunde a nuestra cultura. Como mostré en una columna previa, incluso desde la “izquierda” López Obrador ha regañado a la gente de Tierra Caliente por enfrentar a los narcos: “el pueblo no tiene por qué hacerse cargo de estos asuntos que le corresponden al gobierno”. Ricardo Flores Magón tenía otro temple:

No, la humildad no es una virtud: es un defecto que hace a los pueblos sumisos, sufridos. La humildad aconseja poner la otra mejilla cuando en una se ha recibido el ultraje… Contra soberbia, humildad, suspira el fraile. Contra soberbia, ¡rebelión!, gritamos los hombres. [Y no sólo los hombres, bien podría corregir Nestora.]

El pasado 21 de agosto Nestora cumplió un año en prisión. Por ello, ese día se realizaron protestas por su libertad, la de Mireles y la de todos los presos políticos del país. Las acciones ocurrieron en ciudades de 7 países, incluyendo en México un evento central en la UACM y una movilización en la misma Olinalá en Guerrero. En la coordinación internacional de esta jornada mucho tuvo que ver la cooperación entre organizaciones socialistas de diversas trayectorias y países en el Comité Nesotra Libre. Es un buen precedente.

México aún vive tiempos violentos. Cada vez más violentos. La presidencia de Peña Nieto ha cobrado más vidas, en el mismo tiempo, que la de Calderón. Y no hay señales de cambio más allá de ofrecer nuevos recursos del país a los magnates foráneos (y locales). Ojalá no se repitan masacres como la de Allende. Ojalá se repitan respuestas como las que encabezaron Nestora y Mireles. Ojalá pronto salga de la cárcel toda la gente que ha puesto el ejemplo.

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http://www.elbarrioantiguo.com/freenestora-que-nos-mataran-pues/