jueves, 23 de octubre de 2014

Mèxico. El PRD y Los Pinos son los responsables de Ayotzinapa

Josè Luis Abarca el alcalde asesino de Iguala, Guerrero y Enrique Peña Nieto, presidente espurio de Mèxico impuesto al pueblo por Fraude Electoral en 2012

Partido Obrero Socialista Mèxico
Por Camilo Ruiz
publicado en El Barrio Antiguo
Domingo 19 de Octubre 2014
Al día siguiente del asesinato de los normalistas de Ayotzinapa, José Luis Abarca, alcalde de Iguala, dio una conferencia de prensa en donde afirmó que se trataba sin duda de un “aberrante abuso de autoridad’’ (¿pero la autoridad, en Iguala, no era él?), exigió castigo a los responsables (¿pero el responsable no es, antes que nadie, él mismo?) y pidió licencia como edil. A las pocas horas había desaparecido.

Con ese acto iniciaba la ya larga lista, que sin duda engrosará en las semanas que vienen, de hipocresía y gatopardismo por parte del PRD para escurrir el bulto respecto a su responsabilidad en la masacre de Ayotzinapa. Otras dos, simbólicas: Cárdenas y Gilly en la marcha en la Ciudad de México, como si Abarca y Aguirre no militaran en el mismo partido que ellos; minutos después recibiendo mentadas de madre y proyectiles en la cabeza. Luego: los senadores del PRD, Encinas a la cabeza, diciendo que no es una buena idea pedir la destitución de Aguirre, gobernador de Guerrero, porque eso podría coadyuvar a la debilidad de los poderes en el estado, y porque, colmo del oportunismo, de todos modos sólo le quedan nueve meses.

En efecto, desde que se comenzaron a saber los detalles del involucramiento de Abarca en el asesinato de los normalistas, el discurso que ha salido del PRD ha sido más o menos el siguiente: por supuesto que lo que aconteció está mal, pero no es nuestra culpa, porque Aguirre no sabía nada y no tenía nada que ver; es un problema estrictamente local, y la cuestión de fondo es que el narco se infiltró, lo cual le podría suceder a cualquier otro partido.

Lo anterior podría ser cierto. Desafortunadamente para ellos, no lo es. Por tres razones. La segunda masacre de Ayotzinapa, aunque de una dimensión distinta, se inscribe en la línea recta de la represión que Aguirre ha emprendido con beneplácito de su partido, de la burguesía y del gobierno federal, contra los movimientos sociales del estado (la oposición de su propio partido incluida). No hay que olvidarse de que dos normalistas ya habían muerto en 2011, asesinados por policías vestidos de civiles. Más recientemente, Aguirre reprimió duramente a la Policía Comunitaria, mandando a Nestora Salgado a una prisión de alta seguridad. En junio de 2013, Abarca hizo asesinar a tres opositores perredistas. Nadie fue castigado por los asesinatos de 2011, ni de 2013; Nestora sigue en la cárcel. (Esta es una lista sucinta. Hay que agregar todos los movimientos campesinos reprimidos por luchar contra los megaproyectos, etc.)

Segunda. A la fecha, la dirección del PRD no ha expulsado a Aguirre, Abarca o a su esposa del partido. Si a los perredistas les interesara, lo primero que hubieran hecho sería expulsarlos públicamente a ellos y a todos los involucrados. No lo han hecho, ni lo harán. La dirección nacional ha salido al paso a defender a Aguirre desde el primer día. Recientemente sus senadores pontifican que destituirlo abonaría a la inestabilidad.

Desde la campaña electoral hay rumores de que Abarca estaba ligado al narco. (Vale la pena, para eso, leer este blog publicado en 2012: http://igualalibre.blogspot.com.es/) Para más inri, los mismos rumores existían acerca de su competidor en la elección interna del PRD, como para probarnos a todos que el PRD es estructuralmente incapaz de tener candidatos que no sean narcos. Por supuesto, ningún partido está vacunado contra la influencia del narco. Pero el PRD nunca se interesó en estos rumores, nunca llevó a cabo una investigación interna. Tal vez fue así porque quién sabe cuántos cientos o miles de sus candidatos están ligados al narco, y purgar al partido de su influencia sería como cortarle una pierna…

El PRD es responsable. Navarrete no tenía que ordenar el asesinato desde sus oficinas en la Ciudad de México para que su partido fuera responsable por omisión repetida, por no actuar a tiempo para hacer una limpieza en Guerrero, incluso ahora por no actuar con firmeza. En esos momentos, ni Cárdenas ni AMLO levantaron la voz. Morena también está salpicado con la sangre de los normalistas. Si lo hacen ahora no es porque les interese, porque sientan algún dolor por el asesinato de normalistas, sino porque saben que el futuro de su partido está en juego y no tienen de otra más que acomodarse. Pero es vano, también. El PRD, descalabrado, emana muerte y putrefacción. Cualquier persona con principios tiene el deber moral de salir de ahí inmediatamente, bajo riesgo de justificar por omisión lo que otros militantes de su partido han hecho.

Si la búsqueda de justicia depende de estos personajes y de estas instituciones, será la justicia a paso de camaleón. El mayor riesgo que corre ahora el movimiento que la masacre ha provocado es el de asumirla a ésta como un asunto penal, detectivesco casi. Por supuesto que hay que averiguar qué llevó a una banda de narcotraficantes enquistada en el gobierno a asesinar a 46 estudiantes, el rol de todos y cada uno de los policías municipales y los sicarios del narco, etc. Pero adoptar esa perspectiva de justicia detectivesca, donde todo se reduce a móviles y donde la búsqueda de culpables se limita a la búsqueda de los que llevaron a cabo materialmente los crímenes, implicaría despolitizar completamente la justicia.

No, la justicia, en Ayotzinapa, para que sea real, tiene que ser una justicia política. Los verdaderos responsables son los políticos, ante todo del PRD, pero también del gobierno federal, que cobijaron a Aguirre y a Abarca en su largo historial de crímenes y asesinatos. El país vive un momento clave. Si los responsables de la masacre son capaces de continuar con sus vidas como si nada hubiera pasado, la sociedad mexicana vivirá uno de sus peores golpes; la prueba de la hegemonía del Estado y el triunfo de la narco-burguesía, que es capaz de hacer desaparecer a 46 estudiantes, emitir algunas declaraciones, jugar al policía y al final dejar que todo siga su curso. Por ahora, los estudiantes muestran el camino. Hay que hacer que las protestas se extiendan hasta que caiga Aguirre y todos los que lo cobijaron.

leer màs:
http://www.elbarrioantiguo.com/el-prd-y-los-pinos-son-los-responsables-de-ayotzinapa/

lunes, 20 de octubre de 2014

¿Qué cambia en México tras la matanza de Iguala?

“La política, como la naturaleza, aborrece el vacío, y si una nueva izquierda revolucionaria y democrática no responde a la crisis y necesidades populares, fuerzas nefastas, como se ha visto en muchas otras partes del mundo, ocuparán ese espacio político para promover sus propósitos.” — Samuel Farber.

“No tengas miedo, únete, ¡regresa! Tuviste tu fiesta anti-comunista, y estás perdonado por ello. ¡Es hora de ponerse serios otra vez!” — Slavoj Žižek.



Partido Obrero Socialista
Por Ramón I. Centeno
Publicado en El Barrio Antiguo
Domingo 19 de Octubre 2014
La cacería, matanza y carnicería de 43 estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, a manos de un narco-alcalde del PRD, protegido por un (¿narco?) gobernador del PRD, han causado un cambio de época en México. Un previsible (y necesario) efecto de esta asquerosidad es la recuperación de un viejo concepto: “política revolucionaria”.

Ha sido este año, 2014, en Iguala, cuando México superó la década de los 1990s.

Como es sabido, la caída de la Unión Soviética provocó una fiesta en las filas del capitalismo occidental que duró sin mayores contratiempos hasta 2008. La razón del festejo de la democracia liberal (ese raro mix de capitalismo con libertades democráticas) era también conocido: por fin había llegado el ‘fin de la historia’.

Hace poco Slavoj Žižek recordó esa atmósfera política típica de los 1990s:

“Recuerdo que cuando Fukuyama publicó su libro sobre El Fin de la Historia, se puso de moda burlarse de él. Pero en cierto sentido, todos éramos Fukuyamaistas. Incluso la izquierda, la mayoría de la izquierda, no estaba planteando las preguntas fundamentales, las grandes preguntas sobre el futuro del capitalismo o el estado.”

En efecto, en México, la izquierda socialista se esfumó. Fue devorada por el sector del PRI que no aguantó el giro neoliberal iniciado por Miguel de la Madrid y que rompió con el partido oficial para salvaguardar el ‘nacionalismo revolucionario’ de Lázaro Cárdenas bajo la dirección de su hijo, Cuauhtémoc. La posterior formación del PRD consumó la digestión de los socialistas en las tripas del priísmo arrepentido.

Aquella generación de socialistas abandonó su política previa, creyó en el arrepentimiento del ala rupturista del PRI y se plegó a su (supuesto) giro democrático.

En general, México ha vivido en la década de los 1990s hasta este año, 2014. Aunque la revancha del gran capital (el neoliberalismo) se radicalizó, primero con Salinas y ahora con Peña, causando desde la mayor huida de mexicanos a Estados Unidos hasta una puerca Guerra contra el Narco, palabras como “capitalismo” o “socialismo” (no se diga “revolución”) se siguieron viendo con sospecha en México.

Para comparar, la mayor parte de Sudamérica hace tiempo superó esos complejos noventeros y el desmontaje del neoliberalismo se convirtió en un tema político. Este ha sido el significado de los virajes ocurridos, por ejemplo, en Venezuela con Chávez o en Bolivia con Morales. Es crucial el debate sobre en qué medida esos gobiernos han superado el neoliberalismo y en qué medida han construido un socialismo nuevo y democrático. Mientras tanto, es un logro de esos pueblos que el terreno ideológico sea ése y no uno como el de México, donde la política se estructura a partir de términos como “guerra”, “narco”, “feminicidios”, “Slim”, “petroleras extranjeras”.

¿Qué cambió en 2014 en México? La izquierda oficial, el PRD, ha quedado expuesta como lo que es: una farsa. Algo similar puede decirse de MORENA y del silencio de su líder López Obrador (ex líder del PRD formado en el PRI) – este partido participa en el gobierno estatal en Guerrero y ayudó al ascenso del narco-alcalde de Iguala.

El PRD ya hace mucho estaba perdido como alternativa al neoliberalismo –la última confirmación de esto fue su integración al Pacto por México, que permitió a Peña, entre otras cosas, privatizar los campos petroleros por venir. Ahora el PRD también queda descartado como opción democrática – hoy comandan ejecuciones colectivas.

México ha pagado muy caro su vuelta a la realidad. La generación actual tiene el reto de reinventar la alternativa revolucionaria, socialista. Es hora de que en la izquierda mexicana nos dejemos de estupideces y pongamos orden al caos actual.

leer más: http://www.elbarrioantiguo.com/que-cambia-en-mexico-tras-la-matanza-de-iguala/

martes, 14 de octubre de 2014

México: largos días de ira, luto y protestas


Partido Obrero Socialista
http://pos.org.mx/
Por Cuauhtémoc Ruiz                      
12 de octubre 
Creo que en 1988, ya hace más de 25 años, el historiador de tendencia radical Adolfo Gilly afirmó que Cárdenas y el PRD serían el puente que llevaría a México al socialismo. Gilly militó para que los partidos y grupos de izquierda de la época, especialmente los de tendencia marxista se disolvieran y sus militantes entraran al PRD. Los años de esfuerzos y sacrificios por crear partidos obreros revolucionarios quedaron en la nada. El PRD fue la boa que deglutió a casi todos los grupos socialistas del país. Cientos o miles de militantes dejaron de luchar para que la clase trabajadora rigiera los destinos del país. Su nuevo norte fue apoyar al hijo del Tata Lázaro Cárdenas. Éste había sido un miembro prominente de la dictadura perfecta. Como priista, junto con su padre se retrató pocas semanas después de la matanza de Tlatelolco, en 1968, con el presidente Gustavo Díaz Ordaz.

Hoy sabemos, luego de la matanza de fines de septiembre en Iguala, Guerrero, que el PRD a lo que llevó a los estudiantes de Ayotzinapa fue al fascismo o al nazismo. No se puede denominar de otra manera la represión en la que fue desollado y en la que le vaciaron los ojos a un joven y en la que, según confesión de cuando menos dos de los asesinos materiales, ejecutaron a sangre fría e incineraron a decenas de jóvenes campesinos e indígenas.

El 8 de octubre una multitud increpó y expulsó a Cuauhtémoc Cárdenas de la marcha en la que miles de citadinos se solidarizaron con los normalistas de Guerrero. Lo acompañaba Adolfo Gilly, que fue asesor de Cárdenas cuando fue gobernante del DF. Les gritaron asesinos, traidores, les dijeron que el PRI, PAN y el PRD eran lo mismo. Gilly recibió un proyectil y manó sangre de su rostro asustado y descompuesto.

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El PRD y distintas autoridades ensayan distintas explicaciones para exculpar al PRD y al gobernador Ángel Aguirre de la barbarie en suelo guerrerense. Dicen que el problema es que se infiltró el narco en la policía. O que se infiltró un narco, el presidente de Iguala, en el PRD. No debe olvidarse que en diciembre de 2011 la policía de Aguirre asesinó a dos jóvenes de Ayotzinapa. No hubo castigo para el mandatario. Al contrario. Un sonriente Carlos Slim apareció poco después junto a un Aguirre exultante en fotografías que el gobierno estatal difundió profusamente. Mac Carlos anunció cuantiosas inversiones en Acapulco. Tal vez nunca se conozcan conversaciones entre ambos personajes, como aquella en la que un empresario corrupto felicitó al “góber precioso” de Puebla, en 2006, por haber vejado y maltratado a la periodista Lidia Cacho. Aquí no hacen falta audios como ésos. El mensaje de Slim fue que la alta burguesía estaba con el gobernador al que no le había temblado la mano –pero sí sangrado- para poner en cintura a los “guerrilleros” de las normales rurales.

Algo parecido ocurrió luego de que el presidente narco de Iguala y del PRD, José Luis Abarca, en junio del año pasado mandó a secuestrar a ocho opositores, tres de los cuales fueron brutalmente asesinados. Tengo frente a mí el diario El Sur, de Guerrero, del 6 de junio de 2013. La noticia principal de portada dice: “Apoya Aguirre al alcalde de Iguala; no aceptará presiones políticas, le dice”. Abajo está una foto en la que aparece José Luis Abarca, solo y tranquilo, luego de una reunión con el gobernador. En esos días este hombre también recibió el apoyo enfático de Jesús Zambrano, entonces mandamás del PRD.
Los monstruos ya existían y en estos meses engordaron y se hicieron más temibles.

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En 1994 estalló en Chiapas la insurrección armada del EZLN. Sería un error pensar que luego todo quedó en negociaciones con los neozapatatistas traicionadas por los sucesivos gobiernos. El levantamiento campesino-indígena-popular siguió irradiándose, sobre todo a los estados cercanos. En 2006 hubo otro levantamiento, el de Oaxaca. En años recientes en Guerrero. A principios de 2014 en Michoacán. Desde hace años desde las alturas del Poder aprecian que en una vasta región del país miles y miles protestan, se organizan, luchan, se arman… Oaxaca hace ocho años fue frenada con 30 asesinatos. Michoacán con 300 autodefensas en la cárcel. Guerrero con numerosos asesinatos de luchadores sociales y con Nestora Salgado, policías comunitarios y opositores a la presa La Parota, presos. Pero no ha sido suficiente. La matanza de Iguala es un nuevo y salvaje intento –e inútil- de terminar con el proceso insurgente que con altas y bajas no se ha detenido en el sur y sureste del país desde hace 20 años.

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Ya era evidente la bancarrota política y moral del PRD. Ahora es irreversible. Su cuerpo tumefacto y purulento no tiene cura. López Obrador intentó separarse de ese descrédito y ha sido en vano porque en los sucesos de Iguala y Guerrero también está implicado.
El puente hacia el socialismo y la democracia en México no puede ser otro que la clase trabajadora, los campesinos, los indígenas y los jóvenes organizados y en lucha. También una herramienta política, un partido que sea a un tiempo maestro y alumno de esas masas, como dijo Marx hace tantos años en disputa con Luis Feuerbach. Hoy más que nunca se necesita un partido revolucionario y socialista.

Ya se anuncian caravanas solidarias desde distintos puntos del país hacia Ayotzinapa. Al cumplirse un mes de la represión y desaparición de los normalistas, el 26 de octubre, se hace necesaria una enorme y extendida protesta, marchas en todo el país, paros en escuelas y universidades, mítines en embajadas y consulados. Que ese día el luto y la ira se transformen en la mayor jornada de lucha conocida.

miércoles, 8 de octubre de 2014

ESTUDANTES MORTOS NO MÉXICO FORAM ENTREGUES PELA POLÍCIA AO NARCOTRÁFICO


El Paìs
Jan Martínez Ahrens 
07.10.2014 - 
A barbárie tem desde segunda-feira um novo santuário no México. Uma vala clandestina nos arredores de Iguala, no coração do Estado de Guerrero. Ali foram assassinados pelo menos 17 dos 43 estudantes de magistério desaparecidos na noite da sexta-feira, 26 de setembro, depois de serem detidos pela polícia municipal. O massacre foi cometido pelos pistoleiros a quem os policiais locais entregaram os estudantes. A confissão dos dois assassinos, divulgada ontem à noite pela Procuradoria, abalou o país como um relâmpago e trouxe à tona uma verdade tenebrosa: o poder quase ilimitado e maligno que o crime organizado exerce em algumas áreas.

Diante da magnitude que o problema assumiu, o próprio presidente do México, Enrique Peña Nieto, transmitiu uma mensagem de tranquilidade à nação e anunciou que seu Governo não permitirá “o menor resquício de impunidade”. O presidente lamentou a violência contra os “jovens estudantes” e qualificou os crimes de “revoltantes, dolorosos e inaceitáveis”. Numa clara demonstração de força, prometeu que o poder federal participará do esclarecimento dos fatos. Em seguida, foi divulgado que a Gendarmaria, a nova força de choque contra o narcotráfico, estava a caminho de Iguala para assumir o controle. O mesmo caminho foi seguido pelo diretor da Agência de Investigação Criminal, Tomás Zerón, o homem que capturou El Chapo Guzmán, com ordem de esclarecer o que aconteceu o quanto antes. “Não vamos deixar que nenhum grupo criminoso se imponha”, declarou o procurador-geral, Jesús Murillo Karam, a quem agora cabe a maior parte da investigação

Os companheiros das vítimas, os chamados normalistas, se mobilizaram diante do massacre e anunciaram que vão empreender “ações radicais”. A possibilidade de uma escalada de violência diante da aparição de mais corpos ganha força à medida que as horas passam. As autoridades sabem que até agora apenas uma peça do quebra-cabeça veio à tona, mas que o horror ainda não é conhecido por inteiro: o relato dos detidos nem esclarece o paradeiro do resto dos estudantes nem explica por que, no lugar das execuções, havia 28 cadáveres calcinados, e não 17.

A reconstrução feita pelos investigadores, embora seja muito fragmentária, mostra a conivência do cartel dos Guerreiros Unidos com a autoridade local. Os estudantes, desde sua entrada em Iguala, foram seguidos em picapes pelos pistoleiros, que deram seu apoio armado aos policiais quando, após um enfrentamento durante um evento da esposa do prefeito e a posterior tomada de três ônibus, começou o tiroteio indiscriminado contra os jovens. Uma vez detidos pela Polícia Municipal, os normalistas foram transferidos para o pátio do quartel-geral da polícia, e, de lá, entregues ao crime organizado. Seu delito: terem desafiado, com sua rebeldia, o poder do narcotráfico. Um a um eles caíram no lugarejo desabitado de Pueblo Viejo. Tinham entre 18 e 23 anos. Os corpos foram empilhados numa pira. Os pistoleiros atearam o fogo bárbaro com galhos, troncos e gasóleo. Algumas vítimas podem ter sido mutiladas antes.

A ordem de raptar os normalistas partiu do chefe da polícia, Francisco Salgado Valladares, e a de matá-los de um chefão mafioso apelidado de El Chuky. Duas faces de uma mesma moeda. A confissão dos pistoleiros joga por terra a hipótese de que os estudantes pudessem ter se escondido na montanha para evitar sua captura e repressão. Agora emerge em toda sua brutalidade um cenário de matança a sangue frio, típica do narcotráfico mexicano. Neste caso, do cartel dos Guerreiros Unidos, um clã enlouquecido que surgiu a partir dos escombros do império de Arturo Beltrán Leyva, o chamado Chefe dos Chefes, morto a tiros em 16 de dezembro de 2009.

Conhecido por sua violência enfurecida, em poucos anos e sob a liderança do já detido Mario Casarrubias Salgado, apelidado de Sapo Guapo, esse cartel conquistou penetração extrema nos Estados de México e Guerrero, ao ponto de ter cidades inteiras, como Iguala, sob seu domínio. Em Iguala, município de 130.000 habitantes, a organização domina a Polícia Municipal, fato reconhecido pela Procuradoria. Segundo depoimentos dos pistoleiros detidos, pelo menos 30 dos agentes da polícia pertencem aos Guerreiros Unidos.

A confissão dos pistoleiros leva a investigação a um novo ponto: a prisão dos responsáveis intelectuais pelo massacre. Os dois suspeitos principais, o prefeito de Iguala, José Luis Abarca, e seu chefe de segurança, fugiram com facilidade espantosa. O prefeito, cujo cinismo o levou a dizer no dia seguinte ao massacre que “não tinha ouvido nada”, é vinculado não apenas ao narcotráfico, mas também à eliminação física de adversários políticos – concretamente, de três líderes de um partido opositor sequestrados e mortos a tiros em maio de 2013.

Todos os mortos pertenciam à Escola Normal Rural Isidro Burgos, de Ayotsipan, município situado a 123 quilômetros de Iguala. Esses estudantes de magistério, chamados normalistas, há décadas formam um coletivo muito ideologizado, com uma vida quase autônoma. Na sexta-feira 25 de setembro eles tinham ido a Iguala arrecadar fundos para suas atividades. Ao anoitecer, foram para a central de ônibus e se apoderaram de três veículos. É uma prática habitual e com a qual as empresas de transporte consentem para evitar males maiores. Na saída da estação, em sucessivos confrontos, foram atacados a tiros pela polícia municipal e grupos de pistoleiros. Os estudantes estavam desarmados. Seis mortos e 17 feridos ficaram caídos sobre o asfalto.

Essa explosão de violência selvagem, uma advertência letal do narcotráfico contra um movimento autônomo e rebelde como o dos normalistas, deixou o país estarrecido. A impunidade com que os agentes agiram, metralhando sem hesitar ônibus repletos de estudantes, e a crueldade enlouquecida com que uma das vítimas teve sua pele arrancada e seus olhos furados, trouxeram à tona o inferno vivido em alguns Estados mexicanos como Guerrero, onde a autoridade presidencial está distante e boa parte dos centros de poder locais estão submetidos aos ditames de organizações criminosas, com os Vermelhos ou Guerreiros Unidos, cuja atividade, mais além do tráfico de drogas, já estendeu a quase toda a esfera econômica, graças à extorsão e aos sequestros.

Os estudantes anunciam “ações radicais” de vingança

A descoberta dos corpos de Iguala colocou os companheiros dos estudantes em pé de guerra. Os normalistas formam uma estrutura muito organizada, com caráter de assembleia e ideologia socialista radical. As escolas, cujos alunos são em sua maioria jovens de origem camponesa, foram durante décadas um berço de chefes guerrilheiros como Lucio Cabañas (1938-1978) e Genaro Vázquez Rojas (1931- 1972). Com nove centros em Guerrero, elas contam com milhares de jovens em suas fileiras. Dias atrás, em sinal de protesto, os estudantes assumiram o controle de rodovias federais e postos de pedágio. Também atacaram com coquetéis Molotov a Casa do Governador em Chilpancingo. A confissão dos pistoleiros pode atuar como gatilho que detone ações maiores. Diante dessa possibilidade, no mesmo dia em que as valas foram descobertas, quando os corpos ainda não tinham sido oficialmente identificados como sendo dos estudantes, o governador de Guerrero, Ángel Aguirre, se apressou a pedir calma: “Faço um chamado para a manutenção da concórdia e para que se evite a violência de todas as origens. Hoje como nunca é preciso a unidade de todos. Seria lamentável que alguém sacasse proveito político.”
Neste turbilhão de sangue e dor, dificilmente as palavras do governador serão ouvidas. “Vamos empreender ações radicais. Se for preciso, atacaremos o Palácio do Governador. E vamos atuar junto aos padres”, disse ontem à noite ao EL PAÍS um companheiro das vítimas e dirigentes da Escola Normal de Ayotzinapa.

mas:
http://brasil.elpais.com/brasil/2014/10/06/internacional/1412573662_968993.html

sábado, 4 de octubre de 2014

Unstoppable revolt in the Middle East

Analysis: the US role and the road ahead

Two of many Kurdish women fighters in the leftist YPG (People’s Defense Units) engaged in fierce and effective combat against ISIS in Syria. Photo credit: Harald Doornbos

Freedom Socialist Party
Monica Hill
October 2014
Two of many Kurdish women fighters in the leftist YPG (People’s Defense Units) engaged in fierce and effective combat against ISIS in Syria. Photo credit: Harald Doornbos

The insurrections of the Arab Spring still live. The revolutionary shock waves that have brought new life to ancient lands, terrifying the powers-that-be, are not spent.

Bloodthirsty reaction from dictators and jihadists and foreign masters continues to cause grim suffering and death. Gazan children killed by Israeli missiles while playing on a beach; “infidel” men and women in Mosul in Iraq beheaded and raped by ISIS; hundreds of thousands of refugees fleeing carnage in Syria, Iraq, and Palestine; U.S. bombs diving: these are the barbaric visions from the merciless summer of 2014.

But the afflicted have had enough. Courage and resistance persevere, producing remarkable fighting skills, grass-roots organizing, and political development.

What is the U.S. relationship to permanent revolution in the Middle East? And what can be done to reinforce these historic uprisings?

History of ignoble U.S. deeds. Peoples of the Middle East have been at the mercy of Western imperialists for nearly a century. The machinations of the United States, which emerged from the two world wars as the richest and best-armed imperialist, have been central in provoking the Arab Spring.

• For example, Washington supported the creation of Israel to help Western powers control the region’s resources. It has plotted to install and fund numerous dictators, including the Shah of Iran, Karzai of Afghanistan, Maliki and Hussein of Iraq, Assad of Syria, several Egyptian rulers, Saudi Arabian royalty, Gadhafi of Libya — among others.

• As the dominant force in the International Monetary Fund, it has imposed neoliberal economics in the area, delivering privatization, drastic social service cutbacks and joblessness — all to benefit big banks and despots. Neoliberalism has robbed young people, the majority in each country, of their futures.

• The crisis-ridden U.S. economy depends on the huge profits from arms sales, especially to the Middle East, the most militarized region in the world.

• Religious violence never plagued the Middle East until the U.S. nourished and armed Islamic jihadists like Osama bin Laden in Afghanistan. These religious far-rightists were rabid anti-communists and therefore useful allies against the Soviet Union. Then, during its 2003-2008 occupation of Iraq, Washington promoted murderous sectarianism to help engineer Hussein’s replacement with a Shiite puppet government.

In sum: U.S. policy in the Middle East policy is, and always has been, thoroughly predatory, opportunistic, and committed to repressing popular uproar.

Uneven course of revolution. The Middle East today is not the hopeless shambles portrayed by corporate media. But the fight for radical change is inevitably arduous where dictators have ruled for decades, smashing left resistance and workers’ organizations that in some cases must be rebuilt almost from scratch.

Tunisians and Egyptians were first to dump their tyrants. They continue to struggle: protesting corrupt elections and, in Egypt, an execution-mad military; organizing independent unions; and challenging the sectarianism, misogyny, and general repressiveness of right-wing Islam.

Libyans also toppled a despot, but are beleaguered by the products of the six-month U.S.-led NATO bombardment in 2011: militia wars and a destroyed land. They are striving to shape their country without a Gadhafi or a Grand Ayatollah or Egypt or the USA standing over them with a club.

Syrian revolutionaries persist in taking on both Assad’s military and the ISIS jihadists in a civil war that has created two million refugees, mass homelessness and starvation, and nearly 200,000 dead.

As in any revolutionary course, agonizing lessons are being learned; organizers seasoned; class consciousness heightened. Insurrectionists communicate with each other across borders. Socialist understanding deepens. No matter the obstacles and setbacks, such political advances cannot be underestimated in the long view of revolution-building. They justify hope and solidarity for a secular, socialist, egalitarian Middle East.

A perspective for progress. As a Marxist feminist organization, the Freedom Socialist Party (FSP) has always emphasized that women must be recognized as indispensable leaders in the fight to overthrow capitalism. This is true because of their universal oppression, which generates rebellion on their own behalf and solidarity with others who are abused and exploited.

If revolt in the Middle East is to succeed, revolutionary parties are desperately needed (see special supplement). How can they be built if those who most need change are not integrally involved in defining the goals and leading the struggle?

The women garment workers who sparked the Russian Revolution are examples of this necessary leadership. Their descendants include female textile workers in Egypt, who were crucial in the insurrections and formation of independent unions there; women in Syria who helped found the Local Coordinating Committees; and Kurdish women militia fighters.

In the capitalist era, the battle for women’s leadership is always the revolution within the revolution. To win this fight is to guarantee the strengthening of the fight for the freedom, human rights, and democracy that only socialism can bring.

more:
http://www.socialism.com/drupal-6.8/freedom-socialist?q=node/3363

Mèxico. Caballeros Templarios, entrenados por Estados Unidos, Egipto e Israel

Integrantes de los Caballeros Templarios, el cártel que surgió en el seno de La Familia Michoacana en mayo de 2006, fueron capacitados por los gobiernos de Estados Unidos, Israel y Egipto en el arte de la guerra y de la inteligencia que utilizan como estrategia para el trasiego de drogas, lavado de dinero, infiltración de las estructuras militares y gubernamentales y realizar operativos de asalto. Se trata de un cuerpo de elite que incluso cuenta con un tipo de armas a las que no tienen acceso los militares mexicanos. Un expediente abierto en la PGR –al que Contralínea tuvo acceso– da cuenta de la historia y estructura de La Familia Michoacana y los Caballeros Templarios. Martín Rosales Magaña y el testigo protegido Emilio, dos de los fundadores de esas organizaciones delictivas, revelan en sus respectivas declaraciones ministeriales de 2011 la composición de ambos cárteles de la droga



Revista Contralìnea
28. septiembre, 2014 
Autor: José Reyez
Integrantes del cártel de los Caballeros Templarios cuentan con el adiestramiento necesario para realizar “despliegues rápidos por tierra, mar y aire; de hacer operaciones de emboscada, de realizar incursiones, de organizar patrullas. Son francotiradores especializados. Pueden asaltar edificios y realizar operaciones aeromóviles y de búsqueda y de rescate de rehenes; poseen armas del uso exclusivo de las Fuerzas Especiales que ninguna otra unidad militar posee, como las pistolas HKP-7 y los fusiles G-3 a los que se les puede incorporar granadas .203”, revela la documentación del proceso penal 121/2011, en contra de Martín Rosales Magaña o Juan Cervantes Espinoza, alias el Terry o la Borrega, a la que Contralínea tuvo acceso.
Según el expediente, algunos miembros de la organización sucesora de La Familia Michoacana recibieron entrenamiento militar y capacitación en operaciones especiales de los gobiernos de Estados Unidos, Israel y Egipto, cuando eran parte de las Fuerzas Armadas. De ello se desprende que el cártel sea en la actualidad un grupo de elite que ha puesto en jaque a los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, y al del actual presidente, Enrique Peña Nieto.

La formación de los líderes, sicarios y operadores de los Caballeros Templarios fue similar a la que obtuvieron los miembros del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes) del Ejército Mexicano, quienes pasaron a formar parte del Cártel del Golfo, de Osiel Cárdenas Guillén, y después se independizaron para constituir el cártel de Los Zetas.

De acuerdo con el análisis de la agente ministerial Rubí Esbeidit Anduaga Goicochea, contenido en el proceso penal 121/2011 instaurado en contra de Martín Rosales Magaña (brazo derecho de Jesús Méndez Vargas, el Chango Méndez, uno de los fundadores de La Familia Michoacana), los miembros de la organización delictiva destacan por su alta capacidad de entrenamiento militar y de técnicas de inteligencia.

leer màs:
http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2014/09/28/caballeros-templarios-entrenado-estados-unidos-egipto-e-israel-familia-michoacana-guerra-inteligencia-trasiego-droga-lavado-de-dinero-expediente-pgr-martin-rosales-magana-testigo-protegid/